La combinación de sabores de estos brownies es increíblemente apetecible, con las frambuesas y el rico y dulce chocolate perfectamente complementados por el característico sabor del pistacho. La parte exterior del brownie cruje al morderla y descubre un corazón de chocolate suave con pistachos crujientes y trocitos de frambuesa. Estos brownies tan saludables no contienen granos ni lácteos y, con menos de 3,5 g de carbohidratos netos por porción, son ideales para un estilo de vida cetogénico o paleo. Combinan de maravilla como aperitivo con el café y también son un postre delicioso si se calientan un poco en el horno y se sirven con una cucharada de crema de coco. Además, son una elección perfecta para cenas especiales, ya que llaman la atención, pero requieren un esfuerzo y una habilidad mínimos. Sírvelos en el centro de la mesa para que todo el mundo pueda coger una porción. Los brownies se conservarán en buen estado en un envase hermético durante tres días… ¡si no os los acabáis antes!
Precalienta el horno a 180 °C y pon papel de pergamino en un molde para brownies. Parte el chocolate y échalo en un recipiente resistente al calor con el aceite de coco. Coloca el recipiente encima de una sartén con un poco de agua para hervirlo al baño María. Remueve la mezcla mientras se derrite lentamente y quítala del calor cuando ya esté líquida.
Bate los huevos con el eritritol hasta que estén ligeros y espumosos.
En el mismo recipiente, añade la harina de almendra, el bicarbonato de sodio y el chocolate fundido, y mézclalo todo hasta que se forme una masa densa. Añade la mitad de los pistachos y de las frambuesas a la mezcla y muévelo bien.
Echa la mezcla en el molde para brownies forrado y repártela de manera uniforme. Echa por encima el resto de las frambuesas y los pistachos y hornéalo durante 20-25 minutos o hasta que la parte de arriba esté dura.
Déjalo enfriar en el molde para brownies y luego córtalo en 15 porciones.
Raciones 15