¿Deberías tomar omega-3 para la depresión posparto?

La tan esperada llegada de un bebé puede ser el momento más feliz en la vida de una nueva madre. Es un momento de vinculación y descubrimiento de todas las peculiaridades y rasgos adorables que tiene su hijo. Los primeros meses de lactancia materna pueden ser una gran alegría para las mujeres después de esperar durante nueve meses de embarazo. Sin embargo, esto no siempre es así. A veces, esa alegría se ve obstaculizada por sentimientos de depresión y ansiedad. Averigüemos entonces si es una buena idea tomar omega-3 para la depresión posparto.

¿Qué es la depresión posparto?

El cuerpo pasa por muchos cambios durante el embarazo y la depresión posparto es un trastorno común entre las nuevas madres. Afecta aproximadamente a una de cada siete mujeres.

Uno de esos cambios es el aumento de la producción de hormonas, especialmente la producción de estrógeno y progesterona. Inmediatamente después de dar a luz, esos niveles hormonales caen bruscamente. Eso por sí solo puede provocar irregularidades en el estado de ánimo y síntomas de depresión.

Combina esto con dormir menos de lo normal, junto con el estrés que surge al adaptarse al cuidado de un bebé, y las posibilidades de caer en depresión aumentan considerablemente. Esta condición médica generalmente se desarrolla dentro de los seis meses posteriores al parto y tiene todos los síntomas habituales de la depresión clínica.

¿Qué dice la investigación sobre el omega-3 y la depresión posparto?

El omega-3 tiene un historial bien documentado de funcionar de forma óptima en el tratamiento de múltiples tipos de depresión. Sin embargo, la evidencia científica no es del todo favorable respecto a la capacidad del omega-3 para aliviar los síntomas de la depresión posparto, específicamente. Solo se han realizado unos pocos estudios para examinar el omega-3 como tratamiento para la depresión posparto. Algunos de estos estudios mostraron que el omega-3 no tiene ningún efecto sobre los síntomas, mientras que un par de ellos mostraron una ligera mejoría.

Uno de los estudios, realizado durante un periodo de ocho semanas, involucró a dos grupos de mujeres con depresión posparto: un grupo de omega-3 y un grupo de placebo. Las mujeres del grupo de omega-3 recibieron 1,9 gramos de suplementos de omega-3 al día. Al final del estudio, hubo una mejora en el grupo de omega-3 que no se observó en el grupo de placebo, aunque los resultados del estudio no estaban demasiado a favor del omega-3. Si bien hubo una mejora, no fue estadísticamente significativa y solo hubo una pequeña diferencia entre el grupo de omega-3 y el grupo de placebo.

El omega-3 podría proporcionar una ayuda adicional al tratamiento estándar para la depresión posparto, pero no hay mucha evidencia que respalde al omega-3 como un tratamiento por sí solo. Sin embargo, cuando se trata de la prevención de la depresión posparto mediante la suplementación con omega-3, la historia es muy diferente. Existe suficiente evidencia de que la deficiencia de omega-3 puede ser un factor que contribuye al desarrollo de la depresión posparto.

Agotamiento del omega-3 durante el embarazo

Un feto tiene una gran demanda de omega-3 porque son ácidos grasos necesarios para el desarrollo fetal. Debido a esto, el feto obtiene omega-3 de la madre, por lo que sus niveles de omega-3 se agotan lentamente a lo largo del embarazo. Esto se vuelve especialmente significativo si la madre ya tenía niveles bajos de omega-3 debido a que no seguía una dieta que le proporcionara una buena cantidad o no tomaba suplementos de omega-3. Las mujeres embarazadas, especialmente en el último trimestre, y las mujeres que acaban de dar a luz son más propensas a tener una deficiencia de omega-3. En otras palabras, la deficiencia puede ser acumulativa, es decir, cuantos más hijos tenga una mujer, más omega-3 se agota (suponiendo que no tome suplementos).

Este agotamiento de los ácidos grasos omega-3 parece estar relacionado con el desarrollo de la depresión posparto. La investigación científica concluyó que las nuevas madres con niveles más bajos de omega-3 tenían un mayor riesgo de experimentar el trastorno. Un estudio observó que las mujeres con niveles bajos de omega-3 en la leche materna y aquellas con un bajo consumo de mariscos presentaban tasas más altas de depresión posparto.

Otro estudio concluyó que los niveles bajos de omega-3 durante el embarazo hacían que las mujeres tuvieran seis veces más probabilidades de desarrollar el trastorno. De hecho, hay numerosos estudios que han examinado la relación entre una deficiencia de omega-3 y la depresión posparto y la gran mayoría de ellos llegaron a la misma conclusión.

El conocimiento científico actual indica que el aceite de pescado omega-3 no es eficaz como tratamiento para la depresión posparto, pero puede ayudar a mejorar los síntomas cuando se añade al tratamiento estándar. Es poco probable que cure por completo este trastorno, pero podría ayudar y no hay nada que perder al incluirlo en el periodo posparto, dado que es completamente seguro.

¿Deberías tomar omega-3 para la depresión posparto?

Un poco de ayuda extra puede marcar la diferencia, especialmente cuando se trata de un trastorno que puede convertirse en una auténtica pesadilla. El omega-3, sin embargo, es muy eficaz para prevenir el desarrollo de la depresión posparto. Esto sugiere que las mujeres embarazadas deberían asegurarse de consumir una cantidad mínima de ácidos grasos omega-3 en su dieta, o bien tomar un suplemento de omega-3 de alta calidad durante sus embarazos, para evitar experimentar síntomas depresivos durante lo que se supone que debe ser uno de los momentos más felices de sus vidas.